EL PUEBLO


Valoria del Alcor es una pequeña villa palentina, de apenas 30 habitantes durante todo el año. Administrativamente pertenece al municipio de Ampudia, situado a tan sólo 2 km de Valoria del Alcor.

La localidad se tiende en el vallejo del arroyo de Santa María, en la linde palentina con Valladolid. Al lado de levante se alza la ermita de transición al gótico dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe mientras que al poniente aparece la hermosa iglesia románica de San Fructuoso. Los dos templos regalar sus hermosas sobre la Tierra de Campos, desde donde se adivinan el Canal de Castilla, e incluso la Cordillera Cantábrica o los Montes de León así como muchas de las localidades terracampinas de Palencia y Valladolid.

Valoria es conocida en la comarca cariñosamente como Valorica para distinguirla de la cercana Valoria la Buena mucho más grande y ya localizada en el Valle del Pisuerga, en Valladolid. La localidad se sitúa al borde de la Cañada Real de Merinas, donde aparecen varios chozos o construcciones pastoriles francamente interesantes.


Las casas de Valoria tienen un aspecto cuidado y entre ellas destacan algunos ejemplares de gran belleza. La iglesia de San Fructuoso (siglos XI y XII) asoma hacia el pueblo la curva de su ábside al que escoltan una torre chaparra de aire defensivo y la nave prerrománica que albergó al primitivo templo. A sus pies se sitúan las antiguas bodegas subterráneas.  La iglesia tiene un pórtico a poniente, al lado de la torre, y una nave más baja recorrida por arcos ciegos al mediodía. Durante tiempo los expertos pensaron que se trataba de un atrio adosado, pero las obras de restauración llevadas a cabo en el cambio de milenio pusieron al descubierto inscripciones en sus muros datadas en el siglo diez. También es perceptible un atisbo de herradura en alguno de los arcos tapiados, que indican su origen prerrománico. Los capiteles que los adornan resultan muy vistosos, adornados por animales, oferentes y hojas de acanto. Un camino agrícola desciende por la cuesta de las bodegas hacia la Huerta de Valoria, que alberga un ecomuseo que giran en torno al mundo de la huerta tradicional y las abejas.

A tan sólo 2 km se encuentra Ampudia, uno de las localidades terracampinas con más sabor. Su interesante patrimonio histórico artístico hizo que la localidad fuera  declarada conjunto histórico artístico desde 1965. La villa ofrece al visitante su colegiata de San Miguel, con su impresionante torre que recuerda a la de la catedral de Toledo y se conoce en la comarca como "la Giralda de Campos", el museo de arte sacro en el antiguo convento de San Francisco (con los fondos artísticos de la colegiata), la ermita de la Cruz (que alberga la casa consistorial), el castillo sin duda el mejor conservado de la provincia y la colección de arte de Eugenio Fontaneda (la botica, su colección arqueológica, su colección etnográfica y sus fondos de arte y antigüedades) y sobre todo el tipismo de su caserío soportalado con trama medieval y estructura mudejar, un ejemplo singular que invita al paseo.

A escasos dos kilómetros de Ampudia, se levanta el Santuario de Nuestra Señora de Alconada, centro mariano comarcal que recoge a multitud de peregrinos del entorno en la romería en honor a la Virgen durante el 8 de septiembre, a la que se la ofrecen antiguas danzas de palos.